TCO Canichana – San Pedro Nuevo / ENTREVISTA A EUGENIO JILAGACHI


Texto:              Entrevista
Nombre:          Eugenio Jilagachi
Fecha:             Marzo 2005
Lugar:              TCO Canichana – San Pedro Nuevo
Por:                 E. Iskenderian Aguilera
Temas:            Biografía, Loma San Pedro, Laguna Belen, Laguna Brava, Loma Belleza,                            Terraplenes – Puentes


Biografía

Mi nombre es Eugenio Jilagachi Chalana, nacido en el año 1924, en la comunidad Montegrande, en el río Mamoré. Canichana de San Pedro. Mi padre nació en el año 1901, recién entonces hubieron apellidos Jilagachi acá, cuando vino un extranjero e hizo esta familia. Somos canichanas por parte del padre de mi madre, el era de la parte de Italia. En esos años mi padre era agricultor y trabajaba sus chacos, junto con mi madre. A el siempre le gustó la agricultura. Ya en el tiempo cerca de la guerra, se empleó como trabajador de Lagar and Cia, en La lomita Cocharca. Trabajó varios años alla, hasta que se fue el y sus cuatro hermanos a la guerra en el chaco boreal. Allá se quedó uno, solo volvieron cuatro. Siempre su trabajo ha sido empatronao, en las estancias, donde nos criamos. Luego nos vinimos acá, con nuestros abuelos, por la escuela, en donde aprendimos un poco, no muy bien, ya que antes la vida era costosa, no habían facilidades, ahora es que ya hay de todo. Antes no habían libros ni cuadernos.

Cuando me tocó el servicio militar, fue mi padre y me entregó al cuartel de 19 años, porque así era antes, uno nunca corría por su cuenta, uno era mandado por su padre. En el cuartel me mandaron a San Joaquín, donde estuve cuatro meses y me pasaron a Guayaramerín, de ahí me fui a Riberalta, donde lo terminé el servicio, el cual solo hice por diez meses. Salí y me vine para acá.

Así viví hasta el año 96, en que me mandé hacer esta casa. Ahora ya no puedo trabajar fuerte, paro sentado nomás o echado, no hay quien me dé un medio, ni me pague nada, mi hija nomás que está trabajando como profesora, y me da de comer.

Loma San Pedro Nuevo

La zona aquí era un lugar como el campo alrededor, pero que seguramente les agradó a los antiguos canichanas que construyeron el pueblo. Terraplenaron mucho el área, hasta que hicieron esta loma, que actualmente es el pueblo de San Pedro.

En los costados se puede ver que han sacado harta tierra que ha sido puesta al centro, se nota esto por un levantamiento de unos 80 centímetros, y además el tipo de suelo es diferente al de alrededor. El terraplén este es grande, por lo menos son 300 metros en cuadro, se ven que los antiguos han trabajado mucho.

Los indígenas antiguos eran gente valiente, muy trabajadora, y también eran hartos, donde paraban, sembraban de todo, y luego se iban, así era la gente antes, valiente, pero andante, no se quedaban en un lugar por mucho tiempo, y seguían viaje.

Toda la zona del río Cocharca la han andado y habitado, hay partes en que se nota que la han habitado un buen periodo, en que hicieron casas, lozas, tejería, y un montón de cosas que se encuentran, como hormas inmensas, llenas de huesos humanos.

Laguna Belen

La laguna Belen donde hay una estancia hoy, del mismo nombre, era sumamente brava, habían fieras, unos caimanes grandes de 6 metros, que la gente los mató. Entraba un toro, y era hasta que se perdía, debido al jichi de la laguna, pero luego la gente la empezó a utilizar, la laguna, para bañarse, para lavar, y usaba jabón, con lo que la laguna se fue amansando.  Se ha deber salido el jichi de allí, se fue a la laguna Coitarama, que es la brava ahora, que tras que siente gente, se sube su nivel, olea y se enturbia, pareciera mentira, pero es verdad.

Laguna Brava

La otra laguna brava, que parece que era un pueblo que se hundió, ya que dentro se veían bardas de ladrillos, en diferentes partes. Ahí se escuchaban bombos, tamboras, fantasmas, gritos. Si le cuento esto es por que muchos lo han visto y oído. Hoy ya no escucha nada, porque se secó, ahora es puro yomomos. Antes era grande, con una agua muy limpia. Una vez se secó, pero en ocho días se volvió a llenar de golpe. Esta laguna tiene arroyos profundos que la desaguan al río Mamoré, hacia el poniente. También por acá pasa el arroyo San Justo, cerca a San Pedro, encauza en las Mercedes, a la banda de los chacos y sigue bajando, conecta con la zanja cavada de los indígenas, y desde ahí comienza el río Ipurupuru.

Antes, el río Ipurupuru era navegable, venían motores grandes de San Ramón, y salían al Mamoré. Hoy con la carretera que han construido a san Ramón, han terraplenado el área, y lo han obstruido al Ipurupuru, por lo que solo es posible transitar con botes pequeños que van y salen al Mamoré.

Loma Belleza

Hay otra loma grande trabajada por los indígenas, llamada Belleza, mas o menos de 400 metros de largo. Actualmente es una estancia donde habita mucha gente. Tiene su desaguadero, que igualmente va y cae a la laguna Brava, y de ahí sale al Mamoré.

Hoy son puros yomomos, unos colchones de vegetación, que el ganado lo ha trajinado, y lo está exterminando al dejarlo firme, compacto y liso, ya no retienen agua.

Allí se pueden ver varias lomas muy próximas, y muy bien terraplenadas.

Hay un punto que se llama Yuyo, donde habitó mucha gente. Habían moliendas, chacos grandes, tamarindales de porte grueso, y por supuesto, también terraplenadas.

En aquellos curichones, hacían pozos para tener agua bastante clara, toda esa zona ya se ha secado.

Terraplenes - Puentes

El puerto Pensilvania, que siempre se llamó así, son diez kilómetros sobre los que han hecho terraplenes caminos de 2 metros de ancho, empezando desde aquí, el pueblo de San Pedro, hasta el río. Todavía se puede ver en partes, otras ya no.

Allá hay un curichi que lo puentearon. Aquí en el Ipurupuru hicieron un puente bien alto y de unos 5 metros de ancho, que por ahí es que pasaba la gente. Antes, estos puentes, la gente los trabajaba todo el año, los reforzaba, cosa que en tiempo de agua, uno cruzaba sin pena. Ahora eso ya no existe. Esos puentes eran bien rectos, de unos 80 centímetros de ancho y dos metros de alto. Cerca del Mamoré aún se puede ver un poco de estos terraplenes y las casas en donde vivían.

Era un puerto oficial, en el que el cuidante era un español, llamado Alfonso, que no era un individuo cualquiera, era un hombre responsable.


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