MITOS MALSANOS EN LA HISTORIA DE MOXOS

MITOS MALSANOS EN LA HISTORIA DE MOXOS

Antes de entrar en la historia de Moxos, para situarla mejor, veamos como era la situación cultural del continente. Laurette Sejourne, investigadora francesa de culturas mesoamericanas, plantea un par de cuestiones sobre la arquelogía americana.

¿Para qué escrutar unos antecedentes que no desempeñan ya ningún papel en nuestra sociedad?”; ¿No es inútil y malsano plantear problemas olvidados, despertar querellas y suscitar antagonismos artificiales? (Sejourne, 1994:4)

La  investigadora, sin embargo ya tiene su respuesta:

“Estas consideraciones resultan inoperantes allí donde los vestigios imponen más y más vigorosamente la presencia muda del mundo inmolado: con su silencio, que ya no es definitivo, las obras emergen en tal profusión que el subsuelo de México, la América Central, del Perú o de Bolivia, las restituye abundantemente con la regularidad de los frutos Naturales. (Sejourne, 1994:4)

Añade refiriéndose a las culturas americanas que:

“a despecho de su extrema densidad demográfica, de la carencia de maquinaria y de animales de trabajo, los miembros de las sociedades precolombinas gozaban de una salud física, de una independencia individual, de una seguridad, de unos ocios, que implican un reparto de los recursos y de una integración en la colectividad que en nuestros días parecería una utopía” (Sejourne, 1994:7)

La historia de Moxos se inscribe en el contexto amazónico, uno de los más desconocidos de toda América y cuyo estudio está condicionado por apriorismos de una historia “oficial”, diríase, casi a favor del colonialismo sufrido. Hay unos juicios básicos que condicionado de manera decisiva el que hacer de estos historiadores oficiales: el vacío demográfico americano, el primitivismo de sus gentes y su escasa capacidad para el progreso y su adaptación a una vida civilizada. La colonización de los europeos se ha presentado como la ocuación de un lugar a través de una lucha legítima contra unos gentiles salvajes de escasísimo desarrollo.

Este supuesto panorama de un territorio escasamente poblado por una gente prisionera de un maleficio ambiental que impide su evolución, hace suponer que son pueblos suspendidos en el tiempo, que tarde o temprano serán desplazados por otros de una evolución cultural más avanzada.

Esta creencia de estar frente a pueblos cazadores - recolectores - desbrozadores desde hace tiempos inmemoriales, es también compartida por algunos defensores de las naciones originarias, que  buscan protegerlas  del contacto con “occidente” para preservarlos de una evolución que los alejaría de un modo de vida simple y auténtico. Un modo de vida que por otra parte no se sienten movidos a adoptar. Un modo de vida responde a un estado de regresión cultural y de readaptación al entorno, pues estás naciones eran antaño, mucho mayores en población y producción.

Para la imposición de este maleficio se han negado las acciones genocidas; se prohibieron los libros sobre América que no pasasen la censura real e inquisitorial; se hicieron desaparecer las compilaciones más importantes sobre la cultura local. La magna compilación de Bernardino de Sahagún sobre ciencia y costumbres en Nueva España se hicieron desaparecer por tres veces. Sahagún, conocedor del hecho, murió a los noventa años cuando redactaba de nuevo un resumen de sus trabajos.

Las objeciones o denuncias sobre el maltrato de los nativos se calificaron de “leyenda negra” construida por los enemigos de España para calumniar su obra civilizadora. La bestia negra de los defensores de esta tesis fue fray Bartolomé de Las Casas, quien próximo a su muerte y retirado en un convento, legó sus obras con una disposición testamentaria de que no se publicasen antes de 40 años después de su fallecimiento. En 1571 Felipe II ordenó el secuestro de todas ellas, de las que se han perdido algunas. La Inquisición de la Iglesia Católica llegó a prohibir su “Brevísima relación de la destrucción de las indias”.

Desde luego, Las Casas o Sejourné, no son los únicos en reivindicar el pasado americano. También desde el periodismo de investigación, se han hecho contribuciones.

El periodista estadounidense de las revistas Science y Atlantic Monthly, Charles Mann, escritor del libro “1491. Una nueva historia de las américas antes de Colón” (Taurus), hizo en esta publicación un resumen de recientes investigaciones y hallazgos científicos realizados por historiadores, geógrafos, antropólogos o arqueólogos, al respecto del pasado precolombino de América. El libro se ocupa de derrumbar una colección de mitos sobre la historia del Nuevo Mundo. Sobre la Amazonía puede leerse:

“Un número cada vez más grandes de investigadores ha llegado a la conclusión de que la cuenca del Amazonas conserva la huella de sus habitantes primitivos. Lejos de ser la tierra virgen intemporal y con un millón de años de antigüedad que muestran las postales, estos científicos afirman que la jungla actual es el resultado de una interacción histórica entre el medioambiente y el ser humano, concretamente las populosas y perdurables tribus indias descritas por Carvajal” (Mann, 2006:379).

En el periódico español EL PAIS, con motivo de un nuevo libro de Charles Mann sobre la “convulsión ecológica al juntar de nuevo las masas continentales”, consecuencia y contribución de Colón a la humanidad, se publicaba una entrevista  con el autor.  Al preguntársele si América evolucionó tan rápido como Eurasia, Mann asegura que:

“más abajo de las nieves perpetuas andinas se descuelgan manojos de aldeas y grandes y opulentas ciudades con más habitantes que Europa... Son tierras donde viven múltiples civilizaciones en armonía con la naturaleza a la que han explotado y moldeado sin caer en el desequilibrio. No lo saben, pero  gozan de hallazgos intelectuales antes que ninguna otra cultura del mundo: han inventado en cero, son pioneros en matemáticas y astronomía; tienen una de las primeras hazañas de la ingeniería genética al inventar el maíz moderno; han desarrollado más de diez sistemas de escritura; han construido una red de agua corriente y alcantarillado y viviendas de hasta seis plantas; y la mayoría de sus pobladores depende de la agricultura y la ganadería.” (EL PAIS, 2006)

En esta entrevista,  se queja el autor que a la memoria de América, los libros de texto de historia dedican solamente el 3% de sus páginas. Imagínese el lector, qué porcentaje corresponde al amazonas boliviano y a Moxos en particular.

Los registros arqueológicos de la América tropical testimonian un desarrollo agrícola y de urbanización casi simultáneo al del Viejo Continente. Las primeras prácticas agrícolas documentadas datan de 7.000 años y los primeros poblados de 5.000. (Ver Tablas 1, 2, 3). 
 
La agricultura americana seleccionó las especies vegetales de mayor interés para la producción de alimentos, fibras y medicinas. Presentes en sus ecosistemas u obtenidas por intercambio, fueron mejorándolas en un proceso social de varios milenios, hasta el extremo  que es difícil determinar las especies originales. Había una variedad de productos domesticados que aparecían usados en varias partes del continente americano, como el cacao, tabaco o la coca. 
 
Así mismo, la arqueología da cuenta que las obras de ingeniería agrícola, también estaban presentes en varias poblaciones prehispanicas del nuevo mundo. (Ver Tabla 4)

Si comparamos la cultura aborigen de la América del Sur con la del Norte y América Central, encontramos que los indios sudamericanos conocían una cantidad de objetos que eran desconocidos… en el Antiguo Mundo y en la Oceanía en la misma época, lo que prueba que habían sido descubiertos o inventados en la misma América del Sur…(Nordenskiold, 1946:8)

Cuando el europeo llegó a América, los indios conocían ya y hacían uso de todos los recursos que les ofrecía la naturaleza, de tal modo que no puede decirse hoy con certidumbre si han sido los blancos o los negros los descubridores de las plantas útiles bajo su aspecto económico o medicinal y desconocidas antes por los mismo indios. (Nordenskiold, 1946:10)

Las últimas décadas han sido fértiles en nuevos avances, las aportaciones de epidemiólogos, genetistas, botánicos, geógrafos y arqueólogos han ido rescatando evidencias de que el hábitat amazónico no es un paraíso terrenal o ecológico intacto – un bosque prístino - y que de su geografía y pueblos, se puede rescatar  un pasado que figure como patrimonio de la humanidad y cuya investigación alumbre el camino para el desarrollo de tecnologías sostenibles.

Hagamos una aproximación a las obras que se encuentran tanto en Moxos como en el resto del continente americano.

“Pese a esas inundaciones anuales – o tal vez favorecidos por ellas – los Llanos de Moxos fueron el asiento de  los organizados señoríos de los Moxos y los Baure… conformados bajo la autoridad de jefes de prestigio, y coordinados en poblados interdependientes. El ambiente actual, que restringe la economía agrícola a los albardones ribereños y moderadas elevaciones libres de las aguas, cuyos suelos mólicos son sumamente propicios para la agricultura de roza y quema, no pareció conspirar contra el desarrollo  de un nivel sociocultural como el de los Moxos y Los Baure, caracterizados  por cierta estratificación social, un complicado sistema religioso, una elaborada artesanía y una eficiente agricultura” (Dougherty, 1981:9)

Características,

En primer lugar, es una cultura agrícola. Para realizar la actividad agrícola en los llanos inundables, los antiguos habitantes de esta zona crearon un extenso sistema hidráulico a fin de controlar el flujo de aguas. Entre esas construcciones  se encuentran canales, lagunas, etc. También fueron construidos numerosos campos de cultivo especiales llamados “campos elevados” o “campos de camellones” para proteger las plantas e incrementar las cosechas. (Sanematsu, 2005:8)


Finalmente, la naturaleza de los llanos quedó transformada por la actividad humana. El paisaje actual de los llanos de Mojos no es natural. Es fruto del trabajo de la sociedad, que trató de mejorar su entorno. Sin embargo, a pesar de sus gigantescas obras de ingeniería, esa sociedad maravillosamente era capaz de mantener su relación simbiótica con la naturaleza. (Sanematsu, 2005:8)

¿Cómo se hizo posible este fenómeno? Según nuestra opinión, los creadores de la Cultura Mojeña habían alcanzado una tecnología avanzada para realizar sus obras sin destruir el equilibrio ecológico, gracias a un profundo conocimiento del medio amazónico. Como resultado, lograron mejorar sus condiciones de vida, lo cual les permitió formar una sociedad compleja. (Sanematsu, 2005:8)

Algunas cifras,

Se estima que no menos de 20 mil “lomas” – como las denominan los actuales lugareños – existen y que casi todos los sitios habitables hoy en día a salvo de inundaciones se hallan encima de las mismas…(Sanginés, 1978:25)

(Campos de cultivo terraplenados)… Hasta el presente se conoce que los predios en cuestión tienen una superficie de 150.000 hectáreas tan solo en Mojos, suficientes pata alimentar a una población de 5 millones de personas. Antaño predominaba la agricultura y hoy es incipiente en el Beni, habiéndose operado un retroceso con respecto al período precolombino y se ha tornado en ganadero.  (Sanginés, 1978:26)

… Se observan 70 lagunas artificiales que cubren una superficie de 290 km2 y que permiten embalsar unos 300 millones de metros cúbicos, para suministro de agua de una zona con una extensión de 18.000 km2. (P. 30)… Podemos ver que el análisis es extrapolable a todo el Beni, con lo que estas cifras que apuntamos se pueden multiplicar por 10. (Proyecto Moxos, 1990:30 – 31)

Tenemos noticias de un par de canales de más de 100 Kms. de longitud, pero no hemos podido seguirlo. (Proyecto Moxos, 1990:35)

No se han llevado a cabo intentos sistemáticos de evaluación de los kilómetros de terraplenes en moxos; según Denevan sobrepasan los 1.500 Kms de longitud total, pero se muestra dispuesto a aceptar cifras mayores. Creemos que esa cantidad se puede multiplicar por 5 o 10 veces. (Proyecto Moxos, 1990:37)



T. 2. Primeros poblados de América. Confróntese con Lee, 2000 B

LUGAR
AÑO – A.C.
REGISTRO
Costa Central del Perú
2.600
Templos y túmulos
Chilca y Ancón
3.500
Cultivo de algodón – Confección de redes de pesca y tejidos
Aspero, Sechín Alto, Huca de los Reyes
2.600 – 2.000
Complejo de plataformas de cultivo con zanjas, pozos y patios en declive
Colombia y Costa del Ecuador
3.600 – 3.000
Cerámica
Valle del Tehuacan
3.400 – 2.300
Poblados y cultivos
Oaxaca
1.150
Entierros con ornamentos de concha tallada, jade y cerámica
Costa del Golfo - Olmecas

Edificios públicos y ceremoniales

T. 3. Agricultores precolombinos de las Américas. (Confróntese con Lee, 2000 B)

LUGAR
AÑO – A.C.
REGISTRO
México – Valle de Tehuacán
7.000 – 5.000
Maíz, Zapallo, Palta, Ajo, Haba
Perú
8.500
Zapallo, haba, pimientos, ají
América del Sur
3.500
Maíz
Los Andes
6.300
Quinua, Cañaqui
América Central
2.500
Mandioca, Camote, Gualusa
Perú – Cuera Guitarrero
6.300 – 8.500
Olca, Ulluco
Los Andes sur
8.500
Papa
Amazonas superior
7.000
Mandioca
América del norte
5.500
Zapallo
 
T. 4.  Agricultores precolombinos de la Amazonía. (Confróntese con Lee, 2000 B)

LUGAR
AÑO – A.C.
REGISTRO
Belem
6.000
Cerámica
Pedra Furada
32.000
Rastros de ocupación paleoindia (*)
Abrigo do Sol – Matto Grosso
7.000 – 10.000
Herramientas para tallar petroglifos en piedra arsénica
Tierras altas de Guayana – Venezuela
8.000 – 5.000
Herramientas de lasca de piedra
Guayanas y Río Tapajos
8.000 – 5.000
Herramientas de lasca de piedra
Costas de Guayana
6.000
Basurales – Cerámica
La Mina – Desembocadira sur del Amazoas
4.000
Basurales - Cerámica


(*) Confróntese con SCHOBINGER, 1988


T. 5.  Obras en Tierra precolombinas  (Confróntese con Denevan, 1980:205 – 235)

LUGAR
OBRAS
Calabozo – Estado de Guarico – Venezuela
Camellones
Mojos, Argentina Noreste, Santo Domingo, Colombia
Montones
Pucara – Vallle de Lerma, Salta en Argentina
Montones
Rodesia
Montones
Sabanas de Colombia – Chibchas
Montones
Africa central y occiental – Ghana – Zaire
Montones
Perú
Campos elevados
Bolivia
Campos elevados
Colombia
Campos elevados
Lago Titicaca en la costa occidental
Campos elevados
México
Chinampas
Nueva Guinea
Campos elevados
Ingaterra
Campos elevados
Los Andes
Terraplenes
Mayas
Terraplenes
Orinoco
Terraplenes
Chiquitos
Terraplenes
Matto Grosso
Terraplenes
Ohio y Mississipi en EE.UU
Lomas
Isla Marajó
Lomas
Llanos del Orinoco
Lomas
Río alto Paraguay
Lomas
Pantanal del Brasil
Lomas
Río Guayas en la costa del Ecuador
Lomas
Colombia
Vivienda lacustre
Venezuela
Vivienda lacustre
Perú
Vivienda lacustre


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