PARA HACER EN LA ANTIGÜEDAD

PARA HACER EN LA ANTIGÜEDAD

¿Con qué recursos se contaba en la antigüedad para hacer grandes obras?

En la época prehispánica disponían recursos muy limitados. Sabemos que sus herramientas eran muy sencillas: nada de hierro, algunas de cobre y otros metales, pero la mayor parte eran de piedra y de madera. Tampoco había medios de transporte sofisticados, sólo algunos animales de carga, en algunas zonas. La mayor fuerza de trabajo la producían los obreros. Con una organización política fuerte, podían movilizar mucha mano de obra. Otro recurso abundante, en comparación a la actualidad, era el tiempo. Las investigaciones revelan que la construcción de muchas obras no eran de unos años, sino décadas o siglos. Podemos generalizar que los ingenieros antiguos supieron manejar muy eficientemente estos dos recursos, el tiempo y la mano de obra, para superar la falta de recursos sofisticados. Porque, no podemos ni pensar en emular algunas de sus obras monumentales, aún con las maquinarías que disponemos hoy. (Kashyapa, 2001)

 ¿Qué técnicas pudieron haber usado los mojeños?

Su técnica consistió en planificar minuciosamente la construcción según la disponibilidad de los recursos, pero desde el principio del diseño del proyecto. La obra la dividían en varias etapas para la construcción, ajustando cada una al tiempo dispuesto por la jefatura. Diseñaban de tal manera que la obra tuviese su utilidad al final de cualquier etapa de construcción, y se pudiera edificar la siguiente sin destruir ningún componente de la anterior. Para emplear bien el masivo ejército de trabajadores, compuesto por numerosos grupos pequeños, oriundos de distintas aldeas, también dividían cada etapa de construcción en varios segmentos o tareas; independientes, pequeñas, y sencillas en cumplir. Cada grupo se encargaba de terminar su tarea. Usaban equipos especializados para unificar los segmentos y terminar la etapa. Algunas pirámides de Cochasquí muestran estas técnicas de construcción, pero faltan investigaciones profundas para esclarecer los detalles. Afortunadamente, existen investigaciones sobre otras obras monumentales americanas, como sobre la presa Purrón de México, el templo de Uaxactún de Guatemala o la Huaca de la Luna en Perú, que nos permiten acercar a esta sabiduría milenaria prehispánica. (Kashyapa, 2001)

Otra posibilidad en Moxos

Grandes construcciones se pueden realizar, a lo largo de siglos, por medio de obras individuales o de pequeños grupos. Pensar en ejércitos de trabajadores implica imperios con mandos jerárquicos y planificación centralizada, cosas que no parece que existieran en Moxos. (Pascual, 2008)

Si las crónicas del 1617 nos permiten reconstruir en parte el sistema técnico de los pueblos Torococís, no sucede lo mismo con las relaciones de producción. En el corto tiempo en que los españoles estuvieron en la “Provincia” no presencian ningún proceso de trabajo, diríase que casi no ven a nadie. Ello debido, al parecer, a una estrategia defensiva de los Torocosí, que consistía en ir replegándose tierra adentro y luego emboscar.

Entonces, para proceder a la reconstrucción de las relaciones productivas recurriremos, en primer lugar, a crónicas posteriores. Este método se justifica porque son relaciones sociales sumamente resistentes y cuya modificación y transformación requieren, en primer lugar, de poderosas revoluciones internas. Ahora, el impacto de Castilla sobre los Mojos fue ciertamente decisivo, pero este impacto fue progresivo y, si se considera el contexto general de la conquista, bastante lento. El impacto español directo, es decir, la presencia y ocupación castellana de Mojos, se inicia recién en 1682, y no con una ocupación militar, sino religiosa. Es la presencia jesuita la principal influencia castellana en Mojos hasta su expulsión, en la segunda mitad del siglo XVIII. Y es sabido que estas misiones se apoyaron en relaciones sociales (económicas, políticas e ideológicas) propias de los Mojos, desacelerando aún más el impacto destructor del esclavismo.

¿Qué métodos de trabajo?

Cada uno procura tener su chacra, porque entre ellos no se tiene por gran trabajador el que no puede dar una bebida á todo el pueblo.(Marbán, 1676 (1898:151))

No había entre ellos oficiales destinados al trabajo particular de tal cual arte mecánica que ejercitaban; todos los Oficios los ejercitaba cada individuo, el que necesitaba de un cántaro había de hacerlo y el que quería cosa alguna había de poner manos a la obra. (Anónimo, 1754)

Los jesuitas anotaron un sin fin de procesos de trabajos propios de la época. Cada actividad productiva en la comunidad, realizada en solitario o en grupo, por hombres o mujeres, tenía en sí, tareas diversas para lograr un producto determinado. Se trata de transformaciones de la materia a través del trabajo humano en herramientas o alimentos; o bien de técnicas específicas para cazar, o arraigadas a hábitos laborales.

Asar la carne

estaban catorce indios en la playa asando más de 40 arrobas de carne de puercos que tenían allí cazados;( Anónimo, 1596)

Labrar

haber en estas provincias muchas comidas, que son grandes labradores y la tierra tan fértil, que admira (Anónimo, 1596)

Cocer chicha

Las mujeres trabajan bastante por la gran cantidad de chicha que gastaban y ellas solas atendían a su fábrica (Anónimo, 1754)

Rayar yuca

Cuando tienen inundaciones que causan las exorbitantes avenidas de los ríos con que salen de madre y anegan las campiñas sembradas, se previenen sacando toda la yuca de sus chacras. Esta la llevan y rallan en sus casas en donde se conserva buena para su gusto en todo el año. También hacen harina de ella y secan para provisión en viajes largos, pero lo principal porque estiman en mucho la yuca es por la bebida que hacen de ella más sabrosa que la de maíz pero de mucho daño.  (Anónimo, 1754)

Trasladarse
               
y los indios viniendo primero á rozar para tener qué comer en haciendo sus casas, que sin esta prevención no se mudan, si no es muy cerca de los pueblos que dejan, que su principal comida, que es la yuca, no sufre estar mucho tiempo cogida; y así se ha de coger como se va comiendo, y siendo tan pesada, no es para acarrearla á menudo de lejos. Y así como he dicho se previenen para la mudanza con sus  chacras, y esto un año antes, que tanto tiempo ha menester para sazonarse. (Orellana, 1687 (Maurtúa, 1906:14))

Casas altas

La mayor parte de los pueblos están sobre las barrancas de los rìos y tan vecinos á ellas, que á veces suelen llevarse los rìos los pueblos, comiéndose las barrancas las avenidas, las cuales suelen ser tan grandes que sobrepujan las barrancas y se entra el río en los pueblos; para entonces hacen los indios unas barbacoas altas sobre las cuales echan tierra y en ellas cocinan (Marbán, 1676 (1898:134))

Cargar

El modo de cargar de acarreo los frutos de la chacra es en los hombres, al  hombro, poniendo un palo atravesado y partiendo igual porción de carga en los extremos, de modo, que quede dicho palo con tanto peso en la parte anterior como detrás; de esta manera se mantiene aquel palo en equilibrio sin necesitar de  echarle mano, y caminan libres los brazos. Otros cargan en espuertas a la espalda con fiador en hombros y frente. (Anónimo, 1754)

Las mujeres cargan en la cabeza y observan igual equilibrio en el peso, llevan un cántaro de agua, sin ponerse mano mientras caminan, vuelven la cabeza a uno y otro lado sin que se les derrame ni caiga. Más cogen del suelo cualquiera cosa menuda que encuentran, un cordón, una frutilla, un grano de maíz, sin echar mano al cántaro; usan de los dedos de los pies como de las manos, y así cogen con el pie lo que quieren y doblándolo pasan a la mano, sin bajarse. (Anónimo, 1754)

Tallar madera

Abundan estos montes de variedad de árboles, maderas incorruptibles, palos gruesos de varas de diámetro, cedros, almendros, aceites maría que sirven  para columnas tablazón, y maderamen de casas, para la talla y escultura y para canoas que son las embarcaciones que aquí se usan. Destilan resina olorosa y otras ligosas que sirven como brea. (Anónimo, 1754)

Caza en las lagunas

En las lagunas y ríos flechan patos y otras aves acuátiles. Tienen estos pájaros un árbol determinado a donde se juntan a dormir al fin de la tarde. Ahí se pone el indio en celada y conforme van viniendo uno después de otro de diversos parajes les va flechando. Otros ponían liga en dichos árboles y muy de mañana van al sitio a coger y hallan a los patos en el suelo que no pueden volar y los cogen. También en algunos aguados de poca agua a que concurren de noche los patos que llaman bisises, clavan muchas varitas enligadas las que se disimulan entre las pajas que hay en la misma aguada que raras y largas salen de la superficie del agua paradas o rectas más de media vara y en el mismo tamaño; se disponen otras varitas, los patos nadan y retozan en el agua y rozándose con las varitas se enligan y a la mañana no pueden volar; los coge el indio y suelen pasar de 20 de una vez. Otras estratagemas usan por coger los patos en el agua. Unos se visten de hierbas y espadañas, otros llevando el cuerpo debajo del agua cubren la cabeza con un mate grande y se van poco a poco acercando, los pájaros ya de antemano están acostumbrados a ver mates nadando porque para este fin tienen los indios arrojados varios mates. Con esto el indio con su mate  anda entre las aguas sin que lo extrañen las aves ni se espanten y tirándolos de los pies debajo del agua los asegura en un saco. (Anónimo, 1754)

Un proceso de trabajo típico y clave, fue la recolección. Pasamos de las fuentes jesuitas al arqueólogo Víctor Bustos. La actividad de recolección estaba ligada tanto a la consecución de alimentos como a la construcción de lomas. Bustos también hace referencia a la entrada del 1617 y compara este dato con hallazgos arqueológicos.

"La enorme riqueza de fauna y flora existente en las tierras mojeñas, permitió sin lugar a dudas, como lo demuestran las evidencias arqueológicas, una intensa actividad de recolección, la cual debió remontarse en el área a épocas anteriores al periodo agroalfarero. Si bien es cierto que muchos animales han sido atrapados sin más esfuerzo que el de estirar la mano, como hemos señalado para el caso de las tortugas, la idea de recolección la referimos principalmente a la captura de insectos, gasterópodos, y moluscos de agua dulce, estos últimos identificados por Rydén (1941: 137) como Ampullaria. Los gasterópodos son abundantes en la temporada de aguas y sus evidencias arqueológicas están presentes tanto en lomas de pampas bajas no inundables como en lomas asociadas a ríos. Soleto Pernia ofrece una nueva alternativa de uso de los caracoles cuando señala: “Es la tierra muy dura. La loza deben de mixturar con caracoles. Es tan dura la tierra que parece de metal el más duro. Tenían tanto caracol cogido, que así digo que deben de mixturar la loza con los caracoles, porque tenían tantos aguardados en sus casas. Y digo de la loza, como acá se mixtura con arena, porque tomé un cántaro y lo quise quebrar con una macana, y le di dos o tres golpes y no lo pude quebrar y lo dejé.”.

La utilización del antiplástico de conchilla molida se manifiesta claramente en muchos artefactos cerámicos procedentes de diferentes sitios arqueológicos investigados por nuestro equipo, al respecto Dougherty y Calandra (1981)76 señalan: “... También en Los Aceites (loma) se registra en las capas más antiguas, antiplástico de conchilla molida...” y más adelante agregan “... donde hay claras capas de gasterópodos (como en casi todos los demás sitios por nosotros estudiados), viene a sugerir, la deliberación en el uso de este material como desgrasante...”.

Entre las actividades de recolección incluimos también a la obtención de huevos (especialmente de Ñandú y Tortugas), plantas y frutos silvestres (entre los que destacan el aprovechamiento de palmitos o de dátiles) y por supuesto la miel. Con respecto a este último producto, el Franciscano Fray José Cardús señala: “... por vía de postre les ofrecieron un bollo largo de maní molido y mezclado con miel de abeja...”. (Bustos, 1999)


Hasta aquí las relaciones de producción que pudiesen haber tenido los gentiles, antes de la llegada de los españoles a estos lares. Esto, junto a las consideraciones sobre el sistema técnico mojeño para la producción de alimentos, forman nuestra aproximación a la región económica de la Moxitana Precolonial. Los proximos capitulos, los dedicamos a la politica y a la ideologia.  La imbricación de estas tres regiones formarían lo que el investigador Gustavo Rivero ha definido como el “Modo de Producción Tribal” de la sociedad gentil mojeña, cuya formación social era la “Provincia de Moxos” (Rivero, 2008 B). Se nos figura que efectivamente, los mojeños de antaño eran sociedades ingeniosas que aplicaron soluciones creativas y cooperativas para modificar su ambiente en beneficio de la comunidad que habitaban.

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