EL LATIGO DE RURRE

EL LATIGO DE RURRE

Si un hombre movía al día un metro cúbico de tierra, 20 hombres podían construir un terraplén de un metro de altura, dos metros de anchura y un kilómetro de longitud en solo 100 días (Denevan, 1980:231)

En 1929, Marius del Castillo publica un dibujo hecho a partir del que encontró diseñado en una urna que rescató hacia 1920 en la zona de Rurenabaque. (Pinto 2001; 56) Del Castillo envió la urna del dibujo a Arturo Posnansky quien a su vez la remitió a Alemania (Pinto, comunicación personal 2008) La urna original no se puede examinar pues al parecer se ha perdido.

Lo que sí sabemos y viene al caso que nos interesa, es que en 1998, Arnaldo Lijerón publicaba “Mojos Beni – Introducción a la Historia Amazónica”. En este libro se reproduce el dibujo en cuestión y dice en el pié de foto: “...Clara simbología de la organización social del imperio del Gran Paitití o Gran Mojos…”. En la urna se representa un grupo de gente trabajando y un individuo en primer plano con lo que parece ser un chicote en la mano.

Hay una tinaja que sirvió de carátula para mi libro “Pueblo de Leyenda”, donde se ve a 6 personas jalando, con un  lazo, que se estima puede ser de cuero de ciervo ya que no habían vacunos, su vestimenta una camijetas. Al final de los dos lazos está un cuero, clarito se ve, y hay un promontorio de tierra, o sea, ellos acarreaban sus tierras con cuero y jalados por dos grupos de jaladores, y en medio de todo, un capataz con un chicote, esa era la organización social. Y no ha sido acá solamente, en todos los imperios antiguos, era el látigo el que mandaba, eso no es novedad

...en toda organización social, en todo imperio, hay tres grupos: Uno, el grupo trabajador, que cultiva, con un jefe Hay el grupo militar que es el que protege de que gente de afuera, pueda venir a perturbar esa tranquilidad para poder trabajar y producir Y hay el grupo religioso, que no se puede evitar tampoco todos ellos eran pagados por los diezmos que pagaban los que producían y se repartían. Moxos no fue una excepción, pero el imperio Paititiano, tiene que haber sido igual, se sembraba, se pagaba el diezmo, se pagaba a los militares, a los curas, llámense chamanes u otro, pero seguía la misma cosa, desde tiempos milenarios. (Pinto, 2006)

Esta imagen, la única en su género, plantea la pregunta de cual era la estructura social de Moxos que hizo posible la construcción de las infraestructuras productivas. ¿Cuál es el significado de la imagen? ¿Se hicieron las obras en base a una estructura social autoritaria con una mano de obra esclava? ¿Fue el producto del trabajo coordinado de los mismos beneficiarios? ¿Cómo se financiaban socialmente las obras? ¿La ilustración hacía referencia a la zona o era representativa para el conjunto de Moxos? El río Beni marca una frontera en la distribución de las obras hídricas.

Lo cierto es, que de ser auténtica, venía a poner en primer plano la cuestión del origen de las estructuras de tierra. El dibujo alude claramente a un origen antropico de las “pirámide”. Es más, nos remite directamente a unas determinadas técnicas y a unos determinados métodos de trabajo colectivo.

Al respecto, Rivero hace un análisis,

Admitamos pues, que estamos ante un grupo de hombres que arrastra una gran cantidad de tierra de un lugar a otro para la construcción de, digamos, una gran loma. Hay que transportar esta tierra desde los bordes hasta el centro, y en el caso de las grandes lomas, esto puede ser una distancia considerable. O podría tratarse, por ejemplo, de la necesidad de llevar esta tierra para la fabricación de dique de contención. Pongamos por caso, que, para concluir una obra tan vasta, se está trabajando aún en tiempo seco y en el propio terreno de la construcción los suelos están ya secos y, tratándose de la pampa beniana, demasiado duros para ser excavados con instrumentos de madera –que era de lo que casi exclusivamente se servían los mojeños. Había, pues, que trasladar grandes cantidades de tierra desde lugares aún húmedos, donde esta era fácilmente removible, digamos, orillas de los ríos o curichis.  Ahora bien, si uno observa el dibujo,  y quisiera interpretarlo como la clásica estampa de un capataz egipcio impulsando a latigazos a sus esclavos judíos, habrá que convenir que hay cuando menos una diferencia sustancial entre lo que aquí se describe y la estampa en cuestión. En efecto, estos hombres están claramente DANDO LA CARA al supuesto esclavista. Ciertamente, ni el esclavo más sumiso podría seguir trabajando si recibe en el rostro latigazos. Algo de eso sabían los egipcios seguramente, y por eso descargaban su violencia sobre las espaldas de sus esclavos. Lo cierto es que si los sujetos del dibujo en cuestión están acarreando algo, lo están haciendo DANDO LA ESPALDA al lugar al que se dirigen, es decir, sin ver hacia donde van. Para llegar a buen destino, precisarán, necesariamente, de una guía. Y, ciertamente, esa guía bien podía ser el “cacique”, representado aquí con el bastón que indica su cargo. Y este bastón podría tener entonces, a diferencia de ahora, una extensa trenza de algodón de colores, como las que servían para adornar, entre los mojeños, las cabezas de sus ídolos. Se nos podría decir que no era necesario que el “cacique” dirigiera por señas cuando podría guiarlos con la voz. A lo que responderíamos, que, por un lado, pudiera ser que el “cacique” debía de situarse en una cierta altura y a una cierta distancia del proceso para tener una perspectiva amplia del terreno y que esto lo obligaba a dirigirse por señas a los trabajadores. Y por otro lado, y esto es lo determinante, los sujetos del dibujo están jalando sin ver hacia adonde van. En cualquier caso, está claro que la construcción de terraplenes tan largos y tan rectos, debía de implicar algún tipo de división de trabajo manual - trabajo intelectual y una cierta dirección y guía de las obras. Pero, tal división no implica necesariamente, una división entre explotados y explotadores. (Rivero, 2008 A)

La idea de un Mojos esclavista, se apoya: 1) en la idea de que todas las culturas antiguas conocidas que desarrollaron obras monumentales eran esclavistas; 2) que el dibujo de Castillo es la descripción de un sistema de trabajo esclavista.

Lo cierto es que tal urna decorada, presenta cuando menos un par de puntos débiles: el hecho de que se basa en un dibujo de segunda mano a partir de un original que nadie más menciona; segundo, de que no se ha encontrado ninguna muestra cerámica con dibujos parecidos. Por lo demás, el descubrimiento de la urna en cuestión está rodeada de un velo de misterio. Sin datación.

El problema es que, simple y llanamente, las investigaciones arqueológicas, antiguas y recientes, aportan evidencias que señalan una escasa diferenciación social en el Mojos antiguo. Antes bien, los hallazgos apuntan a un tipo de sociedad heterárquica muy diferente a aquel que se sostiene en base al trabajo esclavo.

En cuanto al registro arqueológico que nos indique algo sobre esta estratificación social, es bien débil, no la podríamos presentar... Hay por supuesto diferencias en las tumbas, en cuanto a posibles ofrendas, pero como normalmente no reciben ofrendas –tenemos muchos entierros ya, y la mayoría no tienen ofrendas-, los pocos que tienen, parecen “ricos”…. De la tumba, de la riqueza de una tumba, “riquezas” entre comillas, adornos ocasionales, no se puede deducir el estatus de una persona. Deberían añadirse otros elementos más, como serían un lugar apartado o central, de la tumba misma.

En la loma Salvatierra tuvimos un caso de una tumba que es mucho mas profunda que las demás y el señor de unos 35 a 40 años que yacía ahí. Dentro de la tumba, estaba sí bien adornado. Tenía una placa de metal en la frente, brazaletes, un collar con cuatro colmillos de lo que llaman tigre acá. Este señor seguramente tenía un estatus elevado, aunque no sabemos qué era. Es bastante probable que él tenga algo que ver con chamanismo porque en muchas sociedades de la Amazonía, collares con colmillos de tigre, se les observa a los chamanes... Pero esas son especulaciones. Este es el único caso de diferenciación directa en el montículo que estamos excavando. (Prümers, 2006)

Nos decantamos en creer que no fue el látigo sino la necesidad y la cooperación la que movilizó a tribus enteras para la creación de estas admirables construcciones de tierra.  

Lo cierto es que la historia del re-descubrimiento del Mojos antiguo está llena de equívocos monumentales, en los que un sistema de diques se interpretan como carreteras o las ruinas de grandes plataformas de cultivo perfectamente rectangulares son vistas como fallas geológicas. ¿No será posible entonces que lo que parece un látigo no lo sea en realidad?  (Rivero, 2008 A)

Vemos que el razonamiento es el siguiente: si hay obras monumentales, hubo que movilizar mucho trabajo de manera coordinada, lo cual solo se puede hacer de manera jerárquica. Además, Pinto invoca explícitamente el ejemplo de “los imperios antiguos”. Probablemente está pensando en Egipto.

Pero frente a este razonamiento, hemos visto que se alzan estudios arqueológicos recientes, Erickson nos dice que:

no es necesario explicar las obras de tierra, en relación directa, con el uso de sus látigos, dirigiendo a toda la gente para hacer todas estas construcciones. Creo que puede ser la producción de comunidades indígenas o de familias, trabajando juntos (Erickson, 2006 B)

Las obras agricolas, de vivienda y transporte en Moxos son monumentales, pero sobre todo, responden a una sociedad de agricultores y pescadores.

¿Por qué ignorar el paisaje para abordar las cuestiones de la agricultura prehistórica, como la organización social, tenencia de la tierra, organización laboral, rural y de vida? (Erickson, 2006 A)

En un estudio del año 2006, Erickson aborda supuestos arqueológicos sobre la agricultura, la organización social, patrones de asentamiento, y la intensificación, en su relación con la economía política. Demuestra que estas presunciones no se basan en evidencias etnográficas o históricas. Tres supuestos básicos sobre la relación entre la economía política y la agricultura intensiva son analizados.

Primero, que la presión demográfica es causa principal de la agricultura intensiva; Segundo, que existe siempre una ley del menor esfuerzo, en que se considera que los  agricultores se resisten a producir más de lo que sea necesario para sus necesidades de subsistencia, por lo que tienen pocas probabilidades de generar excedentes, a menos que se les exija por parte de los dirigentes locales, jefes, y / o los reyes. Una élite que demanda productos y negocia con regalos, sobornos, pagos. El trabajo se institucionaliza como impuesto, tributo o alquiler y se aplica por  medio de sanciones legales y las amenazas de violencia; y, Tercero, una ineludible ley de rendimientos decrecientes. También hay quienes asumen que el proceso de desarrollo en gran escala de la agricultura requiere la participación y gestión de una élite. De acuerdo con esta perspectiva, los líderes (la élite) tienen un interés particular en que se mantenga el buen funcionamiento y el crecimiento de la producción agrícola como fuente de alimento básico y  riqueza de financiación (es decir, excedente extraído como una forma de pagos o impuestos).  En la mayoría de las sociedades arcaicas se presupone que los dirigentes políticos y sus burócratas proporcionan el diseño, ingeniería, organización laboral, la gestión y la ideología de la agricultura intensiva, mientras que el común de masas permanece pasivo y sin rostro. Este particular punto de vista sobre la relación entre la agricultura intensiva y una autoridad centralizada se ha convertido en la ortodoxia contemporánea en las aplicaciones arqueológicas de la evolución cultural y la economía política.

Ante estas suposiciones que han marcado al pensamiento arqueológico y político, Erickson examina las evidencias y señala estudios que han empezado a examinar las funciones de gestión de riesgos, la innovación, la difusión de las mejoras tecnológicas, la competencia, la agencia, las demandas del mercado, la contingencia histórica y la cultura. Y van encontrando otra respuesta a este tema. El estímulo para la producción excedentaria por parte de los agricultores pudo ser a través de la ideología, el ritual patrocinio y la distribución selectiva de prestigio, bienes y animales exóticos, que explican mejor el desarrollo agrícola que el simple control y la fuerza. Es más, muchos sistemas agrícolas intensivos no son necesariamente con mano de obra intensiva en el corto o largo plazo.

Por otra parte, historiadores, etnógrafos, geógrafos y arqueólogos han criticado firmemente la hipótesis de que el estado centralizado de la organización política es una condición necesaria para la agricultura intensiva a gran escala. Estos investigadores no niegan que la jerarquía o la heterojerarquía existen y son a menudo necesarios para el funcionamiento de la agricultura intensiva, sino que esta estructuras pueden encontrarse en funcionamiento en el nivel local y regional a través de las familias, linajes, las comunidades, fracciones, a través de relaciones intercomunitarias y la cooperación, a menudo fuera del control del Estado y su injerencia. Eran estructuras más eficientes y estables en el tiempo.  (Confróntese con Erickson, 2006 A)

En efecto, si uno consulta la obra de los antropólogos Nelly Arévalo-Jimenez sobre las sociedades Arawako – Amazónicas comenta que entre los arawakos (los mojeños son de la misma familia linguistica) existía una integración horizontal

que privilegia la autonomía local ejercida soberanamente por las formaciones sociales conectadas... otra propiedad importante que es su condición decentralizarse temporalmente sin desembocar en la formación de estados o de otros sistemas políticos de estructura vertical que llevan inherentemente la sujeción política de las colectividades que los constituyen (Arévalo, 2001)

Horacio Biord por su parte, nos habla de sociedades políticamente descentralizadas sin estados:

La mayoría de los grupos étnicos de las tierras bajas sudamericanas son sociedades políticamente descentralizadas, sin estados ni estratificación social, lo que no significa tampoco que sean sociedades desorganizadas (Biord, 2005)

Silvia Vidal, vá más allá y plantea entre los arawakos  la confederación de estas naciones:

Estos macrosistemas eran formaciones sociales multilingües y multiétnicas, con una jerarquía interétnica interna, liderada por un jefe supremo y una poderosa élite de jefes secundarios (Vidal, 2002)

Y un Moxos, que para el Clérigo Marbán, era un “Agregado de Naciones”

Unión de varias naciones es esta Provincia.  La segunda cosa que Vuestra Reverencia nos encomienda es si toda la Provincia de los Mojos, es una sola ó muchas lenguas; es esta Provincia un agregado de naciones que ó por la mucha cercanía ó vecindad ó por la semejanza en el modo de vivir ó por otras conveniencias se han hecho amigos y compañeros y tienen entre sí grande hermandad y así no puede ser una sola lengua de esta Provincia y cada nación de estas tiene la suya bien diferente de la otra. (Marbán, 1676)

Para De Orbigny, los Moxos son la tribu principal de una nación que estaría conformada por un conjunto de tribus. Éste plantea que los Baures o Bauros son una tribu que pertenecía a la misma nación que los Moxos. Los Baures no son sinó una tribu cuyo lenguaje, es una variante de éste. Sucede otro tanto con los Muchojeones, aliados de los Baures.

“Cada una de las grandes tribus que voy á mencionar, se subdividen aun, en multitud de secciones que llevan diferente denominacion. Los solos Baures cuentan hasta veinte."  (De Orbigny , 1992:)

Para este investigador francés, el Beni precolombino estaba habitado por un conjunto de naciones conformadas por la unión de tribus y los mojos eran una de estas naciones. Nos da además, el nombre de tres de las tribus que conformaban esta nación que decide llamar Mojos en razón del nombre de su tribu principal. Así, la nación mojos era la unidad de la tribu de los mojos, de los baures y de los Muchejones (y de otras más posiblemente).

Parafraseando ¿sería esta, la Povincia de los Moxos, “unión de varias naciones”, un tipo más de formacion social multilingüe y multiétnica, que privilegiase la autonomía local ejercida soberanamente y capaces de centralizarse temporalmente sin desembocar en la formación de estados o de otros sistemas políticos de estructura vertical?

Según los conceptos de la época colonial, el territorio del nuevo mundo estaba dividido en provincias, que son “agregado de naciones”, y en las cuales hay varias lenguas. Vivían estas naciones en pueblos, con casas ubicados alrededor de lagunas o en las márgenes de ríos, o en las pampas. ¿Que naciones?, ¿Qué Pueblos?; ¿Qué idiomas? ¿Qué casas?,

Siguiendo la orilla del rio Guapay abajo, y algunos por él en barcas, á 80 leguas, que por camino derecho no serán 50, dieron en una provincia de indios llamados Morochossis. Entendiéndose van muchas provincias encadenadas desde allí hasta dar en los Mojos. (Anónimo, 1596)

los Xoboyonos, que es una nación que trae en los pechos patenas de plata y brazaletes y coronas y que tienen sus pueblos sobre este mismo rio; y que más adelante están los Maures, gente vestida y política; y destos Maures hay noticia que están cerca de los Mojos.( Anónimo, 1596)

en esta Provincia (Mojos), una es como (lengua) general que es la Morocósi, la cual usan como las tres partes de la Provincia aunque en diversas partes, son muy diversos los modos de hablar y usan muchas palabras que no usan las otras en los que usan las otras hay muchos que entienden esta y no hará mucha falta el no saberla; (Marbán, 1676 (1898:34))

Pueblos

Los pueblos no están ordinariamente muy lejos unos de otros, dentro de cinco ó seis leguas suelen estar cinco ó seis pueblos y más. Como cien leguas tendrá de largo la Provincia. (Marbán, 1676 (1898:34))

La postura de sus pueblos era siempre con monte a la espalda para ganar la arboleda y emboscarse cuando fuesen acometidos del enemigo. Y en estos lances de ser acometidos de improviso se subían a varios árboles copudos que para este fin tenían registrados. Allí se ocultaban entre las ramazones, de modo que no podían ser vistos de los que los buscaban, y disparaban a traición sus flechas a los contrarios que se divisaban por el monte. (Anónimo, 1754)

En cuanto a sus casas, los misioneros relatan el uso de elevaciones de sus habitaciones para evitar el agua, describe las alhajas, formas y adornos exteriores. Nótese el extendido uso de la Hamaca.

Son las casas de vahareques, limpísimas, las en que duermen están siempre como una plata; porque solo hay hamacas en que duermen; y hasta a los enfermos les obligan afuera a socorrer a la naturaleza en sus necesidades; (Aller, 1668)

la dormida era dentro de sus casas donde tienen sus hamacas, que son sus camas, las cuales nos dejaban para que durmiéramos en ellas (Marbán, 1676 (1898:131))

Las alhajas de casa eran muy pocas, su hamaca para dormir, arco y flechas, cántaros, ollas, mates, cedazos para colar la bebida, tallos de madera para rallar la yuca, y otras frutas, esteras, canastas para pescar proporcionadas a los peces en su variedad y un banquito de una cuarta o poco más de alto y media vara de largo para sentarse y algunas pieles de animales; algunos instrumentos de labranza, y a esto se reducían sus menajes. (Anónimo, 1754)

Colgaban al rededor de sus casas las cabezas de los animales y pájaros que flechaban, y las cáscaras de huevos de avestruces y otras aves, unas por superstición y juzgando que aquellas calaveras daban fortuna para aquellas cazas, y otras para hacer alarde y jactarse de ser grandes cazadores. También por ese motivo amarraban en forma de amuleto el arco de piedra bezar de algún mono u otro animal, la que hacía en su concepto certeros los tiros. (Anónimo, 1754)

Hacia 1617, creemos que el conjunto de diferentes tribus que encontraron los españoles, pertenecían a una confederación de naciones. La provincia de los Torocosí, sería la primer federación encontrada, a las puertas de Moxos.


La confederación se diferencia de la federación en que en la primera los miembros mantienen altas cotas de autonomía y el poder central es limitado, mientras que en la segunda los federados renuncian a una parte de sus competencias y el poder central es más fuerte. Es frecuente que los elementos que componen a una Confederación sean a su vez federaciones, y no unidades unitarias. (Wikipedia)

Escrito por Gustavo Rivero y Emir Iskenderian (1617, el descubrimiento del Dorado)

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