Bolivia: Autonomía indígena, conocimiento ancestral y gestión


¿Qué futuro es probable? Este escrito trata de los desafíos de las Autonomías Indígenas frente a la precariedad en el acceso a servicios básicos y ante la gestión de amplios y complejos territorios. También propone una imagen en que no se las considere espacios vírgenes exclusivos del buen salvaje o bien destinados a ser campos petroleros o monocultivos industriales; sino modernos gobiernos con una gestión eficiente asentada en sus conocimientos ancestrales y el uso de nuevas tecnologías.

I. Carencias en los territorios indígenas

Los Territorios Indígenas (TIs) son la base física de las futuras Autonomías Indígenas (AIs). Carecen de infraestructuras suficientes de salud, caminos, industrias, educación... nada de lo que las ciudades bolivianas gozan con bastante mediocridad. El caso es que, todo está aún por hacerse. Es tiempo en que se han de sentar las bases del nuevo desarrollo de las AIs y definir cual será el rol del Estado en ese sentido.

Ya hace bastante tiempo no tenemos una reunión de los indígenas con el presidente Evo Morales, nos vemos minimizados y con muchas dificultades; hay diputados que tienen espacios y nosotros somos diputados de pasillo y sin un espacio para poder trabajar tranquilamente y hacer un buen trabajo”. Estas palabras enunciaba ante la Prensa el diputado indígena por el Departamento del Beni, Don Pedro Nuny (abril 2011). Expresaba además, que sufre una suerte de separación del poder, por no acatar la línea política del partido en función de gobierno, el Movimiento al Socialismo – Instrumento por la soberanía de los pueblos (MAS - IPSP).

El Asambleísta Plurinacional Pedro Nuny trabajó el año 2010 en una propuesta legislativa para llevar adelante una serie de transformaciones estructurales en TIs. Estas propuestas tenían como objeto avanzar en el ejercicio pleno de los derechos individuales y colectivos en estas zonas; promoviendo procesos jurídicos, políticos y productivos a través de la acción parlamentaria del bloque de Asambleístas Indígenas vinculados orgánicamente a la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia - CIDOB. Los temas prioritarios eran: Energía, Seguridad y Defensa, Soberanía y Seguridad Alimentaria, Turismo Comunitario, Urbanismo, Integración vial, Salud, Desarrollo Industrial de Biotecnología, Reforestación, Restauración de suelos y especies... entre otros.

En los Anteproyectos de Ley figuraban planteamientos como: “Garantizar en los TIs… un abastecimiento energético estable, que les permita emprender proyectos productivos y satisfacer las necesidades básicas y domésticas de energía / Garantizar la articulación interna, fluvial, aérea y terrestre / Brindar una atención y cobertura completa de salud, integrando el conocimiento indígena, sus normas y procedimientos propios en la administración y aplicación de servicios de salud... apoyando el desarrollo de la medicina tradicional y el rescate de conocimientos ancestrales / …programar recursos económicos para desarrollar y ejecutar anualmente programas y proyectos de desarrollo turístico comunitario sostenible / ...planificación de crecimiento y desarrollo urbano respetando usos, costumbres, normas y procedimientos propios y cuidando el equilibrio con el ecosistema...”

Este paquete de normas enfrentaba la precariedad y faltas de cuestiones básicas en las comunidades; y parece que no prospera en los pasillos y plazas de los Órganos Palaciegos. Durante este mismo año se ha visto como demandas indígenas “fundamentales” tampoco han sido atendidas.

Veamos algunos casos. La Ley de Autonomías no señala fuentes de financiamiento para las AIs. En la Ley de Régimen Electoral (que motivó una huelga en pleno hemiciclo de la Asamblea Plurinacional) tampoco se pudo aumentar la representación de Asambleístas Indígenas en el Órgano Legislativo, como había sido la promesa del Gobierno. La Ley de la Madre Tierra resultó otra “Ley Corta” que poco sirvió en la cumbre Climática de Cancún y menos aún a las organizaciones indígenas. Estas esperaban que se fortaleciera su derecho a la consulta previa y se controlase más la actividad industrial extractiva. Nada de eso, solamente se consiguieron declaraciones de buenas intenciones con la Pacha. Hacia diciembre, la Ley de Deslinde Jurisdiccional resultó en la definitiva imposición y vigencia del derecho positivo, de la justicia ordinaria sobre casi toda materia jurídica dentro del Territorio Indígena. Así, la Justicia Indígena quedó reducida a su mínima expresión.

A pesar de ello, los nuevos gobiernos de las novísimas AIs habrán de innovar y estructurar su auto-gobierno y su relacionamiento con el exterior: cultivando relaciones comerciales y fraternales, sean estas nacionales o internacionales.

II. Un modelo de gestión “Smart”

Para la gestión de las AIs podemos inspirarnos en los nuevos modelos de gestión urbana conocidos como “Smart City” ¿Por qué? Este sistema de gestión busca paliar graves deficiencias del sistema clásico. La ciudad moderna capitalista ha fracasado como ente ecológico. Consume más de lo que produce y sus habitantes están expuestos a todo tipo de contaminación y precariedad. Se trata – en adelante - de no repetir estos errores en las zonas indígenas. El desafía es vasto, en Bolivia existen más de un centenar de entidades indígenas (Municipios o Tierras Comunitarias de Origen – TCOs) encaminadas hacia la autonomía de gobierno.
                                                                                                                  
Un modelo de gestión urbana “Smart”, buscar dotar de infraestructura física y calidad en la comunicación del conocimiento. La “ciudades inteligentes” están guiadas por la idea de mejorar el desarrollo humano. Actúan en dimensiones como la economía, el transporte, el entorno o la gestión pública. Buscando invertir en un uso racional de los recursos naturales, gobierno participativo y sobre todo, en que respondan a los grandes desafíos globales con las mejores tecnologías. Se busca un nuevo modelo gestión de sociedad. No existe en el planeta una sola ciudad inteligente” que tenga todos estos adelantos. Lo que hay son urbes, dígase “semi – inteligentes”, con intentos de avanzar en alguna de las dimensiones comentadas. Una Autonomía Indígena “Smart” será una comunidad de comunidades que habrá aprendido a aprender, adaptarse e innovar en todo sentido.

Podrá creer el lector, que los indígenas no tiene mayor interés en Internet, blogs, y demás. Falso. Lo demuestra la experiencia del Observatorio de Derechos Humanos y Conflictos Socio Ambientales de Bolivia (www.observatorioddhh.org). En convenio con la Confederación Nacional de Mujeres Indígenas de Bolivia (CNMIB) realizó talleres de formación en Tecnologías de Información (TICs) con mujeres dirigentes. Ellas desarrollaron nuevas competencias. Se esforzaron en el aprendizaje para el uso de computadoras, filmadoras, cámaras de fotografía y sobre todo, en hacer la experiencia de crear su propio Blog (Puede verse su red de Blogs desde mariposaguarani.blogspot.com), para llevar a cabo una labor informativa desde sus pueblos. Es un hecho que si tuvieran mayor acceso y formación,  usarían las  TICs mucho más. Su interés, curiosidad y capacidad de aprendizaje de nuevos lenguajes son evidentes.

III. Gestionamos bien

Una visión karayana (del blanco) y simplista (que ignora la historia y no da mayor importancia a los indios originarios) puede objetar que no está justificado que en Bolivia, una minoría de gentes (indígenas) se les de en posesión los territorios más ricos del país... ¿Y qué hacen con ello? ¿En que beneficia a los demás bolivianos no indígenas?

Las Autonomías o bien los Territorios Indígenas no son Parques Nacionales. Tienen derecho – si quieren – a dotarse de una economía súper-moderna, que sea al mismo tiempo muy evolucionada y totalmente arraigada a su cultura. El conocimiento y el territorio, marcan los límites de su prosperidad.

Si se aplicase el paquete de leyes “Nuny”, sumado a un modelo idóneo de gestión urbana, es previsible que haya una prosperidad, tanto para comunarios como para el resto de Bolivia. Muchos de los TIs son más grandes y ricos en recursos que varios países de Europa. En todas los Tierras Comunitarias de Origen (TCOs) la propiedad de la tierra es colectiva, no vendible, indivisible e inembargable. Servicios básicos, estructuras e inversión productiva y acceso a nuevas tecnologías, atraerían una migración interna hacia territorios sanos y democráticos con poca población. Un nuevo escenario.

Un crecimiento económico que beneficie también al país, demostraría el acierto de la gestión Indígena. De lo que fueran territorios - hasta ahora - presas pendientes de los petroleros, la  minería, la agro-industria o la explotación forestal, hoy pueden ser convertidos en capital para el auto-desarrollo comunal y el progreso nacional. La consigna de los territorios indígenas autónomos podría ser “Nosotros gestionamos bien”. Si eso se cumple, se consolida más su derecho colectivo a la tierra y la autodeterminación.

¿Cuál es la visión administrativa que tienen? ¿Como serán los sistemas o el modelo de gestión de las AIs? ¿Cual será el rol de la CIDOB en un futuro próximo? ¿Surgirán conflictos internos entre las actuales estructuras de representación y la primera generación indígena de burócratas? ¿Habría que buscar un diseño de administración capaz de dar cuentas a cualquiera y totalmente transparente? Hay líderes indígenas del Amazonas (Véase el video entrevista en Internet de Gregorio Mirabal - Venezuela) que ya han señalando que si no encuentran la manera de gestionar eficazmente sus Territorios, habrán fracasado.

IV.  Capital y herramientas de gestión

La puesta en marcha de las Autonomías Indígenas requiere un enorme capital para su implementación; construir infraestructuras y poner en marcha proyectos productivos.

Las actividades en torno a lo forestal, minero o petrolero son evidentes, aunque con pocos beneficios para las comunidades. Algunos de los rubros estratégicos en que los nuevos gobiernos indígenas podrían invertir, serían la biotecnología, el turismo comunitario, la piscicultura o la agro-forestería. Ello supone disponer para su venta de productos con un máximo de valor añadido. Actuando como ente corporativo, los AIs pueden agruparse a fin de intercambiar servicios, productos, recursos humanos y técnicos. Además de poder actuar en bloque a la hora de negociar con proveedores o clientes

Una herramienta clave de gestión económica es la información sobre el territorio y sus recursos, en forma de imágenes detalladas y bases de datos fiables. Las AIs podrían utilizar Tecnologías y Sistemas de Información Geográfica (TIGs y SIGs) desarrollados a medida para sus administraciones. Crear una Infraestructura de Datos Espaciales (IDE) diseñada para su gestión pública y el uso cotidiano de un usuario cualquiera que habite el territorio. Con estas herramientas, se podría construir colectivamente una imagen de los recursos naturales para ver usos potenciales del suelo, posibilidades productivas y diseñar un plan integral de aprovechamiento.

Un ejemplo de uso en aplicación de esta Infraestructura de Datos Espaciales para la identificación de recursos, puede ser la delimitación de los antiguos montes en que crecían especies de madera de calidad, hoy ya arrasadas. La memoria permite “mapear” los lugares más idóneos para un proyecto de regeneración forestal, por ejemplo “Mara para nuestros nietos”. Los árboles plantados, dentro de 30 años, servirían para financiar becas de especialización a los descendientes.

En algunos casos los recursos ya existen y solamente precisan gestión. Hace años que el Instituto Cartográfico de Cataluña (ICC) y el Centro de Estudios Amazónicos (CEAM) elaboraron un Sistema de Información Geográfica (SIG) de las lagunas del Beni. Estudios posteriores señalan que estas lagunas son parte de “limnoestructuras” de producción acuícola (peces, petas, tarope, caracoles) creadas por la “limnocultura” de los antiguas confederaciones de naciones Arawak asentadas en lo que hoy es la llanura inundable del Beni. Estas lagunas tienen hoy una productividad escasa debido al abandono. Esto nos indica que la Infraestructura de Datos Espaciales (IDE) de algunos TIs, se ha de incluir el reconocimiento de formas productivas precolombinas y las estructuras de servicio a activar para su regeneración.

Una cartografía es el material básico de gestión pública. Es esencial combinar formas nuevas y ancestrales de organización de las familias y gestión del territorio.

V. Cooperativa de trabajo indígena

¿Qué modelo de organización productiva sería conveniente? Una aproximación a la respuesta: Cooperativas. Una primer limitación es que la legislación de cooperativas en Bolivia no reconoce a la figura de “Cooperativa de Trabajo”, obliga a que tenga más de 10 miembros y obtener permiso de gobierno central para funcionar. Mucho valdría que los diputados indígenas de la Asamblea Legislativa Plurinacional, promovieran la reforma de este instrumento legal; o que las mismas AIs legislen al respecto. Se trataría de viabilizar una forma de auto-organización cuyos principios de acción están acordes a los de una economía comunitaria asentada en un territorio cuya propiedad es colectiva y el dominio es ancestral.

Un caso sobre la piscicultura rural. En la comunidad beniana de San José del Kavitu (TCO TIM), las organizaciones no gubernamentales Centro de Estudios Hoya Amazónica (HOYAM) y CEAM han promovido la piscicultura comunal. La propuesta (2004) había sido acogida por algunas familias de la comunidad (no todas), que se comprometieron a una gestión colectiva de la poza con cría de peces. Ahora bien, en principio - antes de verse resultados positivos - pocos se atrevieron a incursionar en esta actividad productiva. En definitiva, fue en el momento de la primera cosecha (marzo 2005) cuando se procedió a la venta y repartición de los beneficios, en que el resto de familias vio el valor efectivo del proceso emprendido. Dado que fue un acontecer público, surgieron nuevas interrogantes comunes… ¿Dónde deben reunirse las familias de piscicultores con los técnicos de la ONG? La propuesta de algunos fue que debía ser en el Cabildo. Mientras que para otros, el Cabildo recoge la actividad de toda la comunidad, por lo que no lo consideraban idóneo para el encuentro. (Sobre esta cosecha véase el video documental en Internet: Piscicultura en Moxos - San José del Kavitu)

Este dilema ejemplifica la necesidad de integrar en la vida de la comunidad, las nuevas actividades de la que son protagonistas solamente una parte de sus miembros. Habrá que buscar formas de organizaciones productivas y buscar su articulación en la estructura comunal. En este sentido creemos que la figura de Cooperativa, como una unidad de gestión colectiva, válida para los emprendimientos económicos, culturales o sanitarios. Tiene en cuenta valores como la creatividad, igualdad, solidaridad... etc.

Como referencia actual del asunto, citamos definiciones y declaración de principios de un movimiento de cooperativas de barrio (Ejemplo: Cooperativa Ciutat Invisible de Barcelona): Las Cooperativas son una herramienta para crear otra economía, son asociaciones autónomas de personas que se han reunido voluntariamente para hacer frente a sus necesidades y aspiraciones económicas, sociales y culturales comunes, mediante una empresa de propiedad conjunta y democráticamente controlada. Los Principios  son: Adhesión voluntaria y abierta, sin discriminación por motivos de raza, género o condición social. Control democrático mediante la asamblea los socio/as, quienes controlan el devenir con el mismo derecho a voz y voto. Participación económica equitativa por parte de todas las personas en el aporte al capital social. Autonomía e independencia, pues depende solamente de los/as socios. En caso de que entre en acuerdo con otras organizaciones y se les permite la entrada de capital en la cooperativa, esta ha de establecer mecanismos de control democrático para mantener su autonomía. Educación, formación e información, los socios han de ser provistos de todos los elementos formativos para entender qué es la cooperativa y como funciona, así como perseverar en su propia profesión. Inter-cooperación, las diferentes cooperativas establecen lazos a favor de los procesos de trabajo y de coordinación. Interés por la comunidad, como toda entidad, están ubicadas en un territorio. Estas han de trabajar para darse a conocer y poder defender sus valores y prácticas, relacionándose con proyectos similares. Pueden devenir en nódulos de articulación comunitaria participando en estructuras federativas, movimientos sociales y redes locales desde donde impulsar transformaciones sociales.

VI. Conocimiento ancestral y paz

La frontera de los TIs inaugura una nueva etapa de paz que posibilita nuevos planteamientos. Ya no se persigue a muerte a sus sabios y pueden poner en práctica y valor los conocimientos del entorno. Ahora surge con toda su magnitud una oportunidad en la que se pueden desarrollar. Veremos el genio inventivo de las comunidades, cada una con su propia identidad y características culturales, en algunos casos muy distintas. Ya saben lo que pasa en su casa, ahora falta que sepan lo que hay afuera y como poder interactuar sin perderse – a si mismos - en el camino. Irán aprendiendo con el mismo contacto. La actividad es la escuela definitiva.

En el pasado, sus ancestros gestionaron este entorno de la mejor manera posible, domesticaron la yuca, crearon y adaptaron nuevas variedades de cultivares,  modificaron el bosque primigenio... entre otras genialidades. Allí creció su conocimiento, se encarnó su idioma y se construyó su religión. Todos los elementos de su paisaje tienen nombre, a veces imposible de traducir en otros idiomas por su especificidad. Hay nombre para todo lo que hay en su tierra y para todo lo que se hace con ella. Este conocimiento ancestral (véase el video documental en Internet: Segunda Mirada: Conocimiento Indígena Ancestral en el Amazonas), en gran parte perdido, es la herramienta de gestión a la que hay que añadir la relación con el exterior.

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(*) Emir Iskenderian Aguilera
Licenciado en Relaciones Internacionales y Resolución de Conflictos
emirartin@gmail.com
12/abril/2011

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